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URRIGAN: GUERREROS GUNAS

Los Urrigan, Guerreros Gunas, tuvieron su origen, probablemente en el hoy llamado, provincia del Darién, cuando la Nación Gunadule se sintió amenazada. El gran líder Iguasalibler, comenzó a organizar la defensa de su pueblo a través de un peculiar estrategia militar de “ataque y huida”, de guarniciones españoles, principalmente (Acla). La forma genérica de estrategia de los uriigan, comprendía una secuencia repetida de ataques, huidas y ocultaciones silenciosas. Estos ataques eran dirigidos por los Urrigan, (Guerreros gunas).
Al principio, los Urrigan fueron líderes, mujeres y saila encargados de la defensa del pueblo guna.  En los primeros tiempos,  sus armas fueron el arco y la flecha, el entrenamiento personal y al final la escopeta.
Un urrigan debía estar siempre preparado para el combate, por lo que su estómago no podía estar muy pesado. Su alimentación era frugal, se basaba en plátanos sancochados y pescados chicos. Y cuando combatían no comían nada. Solían tener días de ayuno y a nivel sexual abstinencia total.

Igwasalibler creó un cuerpo élite de choque contra los vándalos de España (piadosamente llamados “descubridores”, “adelantados” y otros desechos). Este cuerpo de élite se llamaba los Urrigan. Los Urrigan eran los más granados arqueros, corredores, conocedores de los bosques, los que no le tenían miedo a la muerte ni a los homicidas de España. Los mejores Urrigan vivían por los alrededores del Amugga Diwar (el río Atrato) en Colombia, porque allí solían llegar los criminales. Los Urrigan atravesaban la cordillera de mar a mar (y nunca se reclamaron ser los “Descubridores del Mar del Sur”). Iban y venían de Amuka Diiwar a Duile Wala (el río Tuira, en Darién). Ellos abrieron su propia trocha y la llamaron Bila Igar, el andurrial de los guerreros, que llegaba hasta la población de Bae. Los Urrigan se enfrentaron a los ladrones y asesinos de España como seres mitológicos. En sus flechas utilizaban diferentes tipos de venenos de abejas llamada Igwa Bulu, Molí Bulu y Sen Bulu…Una de esas flechas envenenadas le ofreció la muerte a Juan de la Cosa, y otra casi le hace estirar la pata al petulante y famoso Alonso de Ojeda.  Un joven de nombre José Wagun les dijo a los panameños raizales: “debemos de robustecer nuestras flechas. Sus colas son demasiado largas. Los arcos son muy grandes y la espesura nos impide correr” .Wagun fabricó un tipo de arcos y flechas mejor adaptados al combate, y otra vez empezaron las hostilidades…que aún no ha terminado y sus acciones hoy se desarrollan dentro del teatro del colonialismo interno. En lo referente a Igwasalibler, no sabemos con certeza cómo terminó sus días: hay quienes dicen que falleció de muerte natural; otros dicen que murió combatiendo contra los gamberros de España. Pero la lucha continuó y España se preguntó ¿qué hacemos con estos indios? La solución la encontraron mediante una de las siguientes propuestas:  
1: Reducción de los indios.

2: Destierro a otras partes de América.

3: y Genocida total. 
 
El Consejo de Guerra de la madrastra patria, reunido en la ciudad de Madrid, el 29 de noviembre de 1685, se decidió por el genocidio total. España, la pseudomadre patria, había decidido borrar a los dulepanameños tal como ya habían borrado a la población nativa en cincuenta años en las islas del Caribe. Aquí la “leyenda negra” se transforma en una historia verdadera de genocidio... hasta cariz de surrealismo tiene: porque como dice el dicho que “en guerra avisada no muere soldado”, por eso, el pueblo condenado al genocidio sigue de pie y ha apostado por esta patria y está contribuyendo a su refundación; refundación que debe tener el molde hecho a nuestra imagen y semejanza: un pueblo  multiétnico, plurirracial, intercultural y multilingüe 
 
En la actualidad los Urrigan, hombres y mujeres, viven ocultos entre las sombras esperando la orden de la Madre Tierra, para ofrendar su vida.Este espíritu de los Urrigan se reflejó en la Revolución Dule de 1925, Pidertupu, Mody, historia de grata recordación en la década de los 70, en defensa de su territorio.
Los  Urrigan de estos hechos poco a poco se han ido muriendo y queda un único sobreviviente en la actualidad.

El Urrigan Olotebiliquiña, dijo: "quizás nunca ganamos en el levantamiento del mes de febrero, pero el Estado panameño simplemente perdió en la revolución de 1925.

Los españoles lo llamaban los Bugue-Bugue porque pensaron que era un grupo distinto de indigenas y sufrieron muchos ataques de parte de ellos.

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